Archivado en agosto 19, 2022
«La inteligencia es nuestra capacidad para resolver problemas… la inteligencia no es saber mucho, si no saber qué hacer con lo que se sabe».
El estereotipo de inteligencia no está para nada relacionado con una rubia, que usa un vaporoso vestido blanco y es ícono de sensualidad ¿cierto? hay un rumor que prevalece hasta el día de hoy sobre Norma Jeane Mortenson, nombre real de Marilyn Monroe y es que poseía un coeficiente intelectual de 165, cinco puntos más que el padre de la teoría de la relatividad, Albert Einstein.
Esta comparación suele utilizarse para representar la inteligencia de Monroe en una gran cantidad de artículos que circulan en las redes sociales, sin embargo no hay nada que confirme su veracidad.
Entre las notas publicadas que se pueden encontrar, se observa un punto muy marcado y es que se intenta revertir esta idea, también reiterada, de una actriz con poca inteligencia. Marilyn Monroe es el estereotipo mejor representado de las mujeres que son cosificadas por la profesión que eligen y su inteligencia no es la referencia.
La creencia de que la actriz tenía un coeficiente intelectual de 165 se puede rastrear en las redes desde el año 2013 y por ejemplo, en BuzzFeed , empresa estadounidense de medios en Internet centrada en el seguimiento del contenido viral, no hay ninguna cita que valide este supuesto, ni tampoco alguna prueba donde Marilyn Monroe se haya hecho el test para comprobar su coeficiente intelectual.
Dicho todo esto, Monroe era más culta de lo que el público llegó a conocer en su tiempo, pues se sabe que tenía la costumbre de la lectura y una amplia biblioteca personal.
Por otro lado, en mayo de 2017, la página web Fast Check que se dedica a desmentir o probar si algo que circula en internet es verdad, se dio a la tarea de verificar este supuesto y no encontraron ninguna prueba al respecto.
Fast Check revisó a detalle la vida escolar de la actriz (en estos ambientes es donde había más probabilidades de que se le hiciera el test de coeficiente) y no pudo localizar la más mínima referencia a este rumor, solo se observó que su infancia estuvo marcada por la inestabilidad.
A raíz de este rumor, como disparos al aire, surge también la «anécdota» fechada en 1949, que basándonos en que no hay evidencia, resultaría apócrifa y dice así:
Cuando Marilyn Monroe tuvo la oportunidad de conocer a Albert Einstein, le hizo la siguiente pregunta: “¿Qué dice, profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos? ¿Se imagina un bebe con mi belleza y su inteligencia?”. Einstein esbozó una sonrisa y le contestó, muy seriamente: “Desafortunadamente, me temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y con su inteligencia”. El desatino no tanto por la ocurrencia de Einstein, sino por su propio error. Marilyn Monroe tenía un cociente intelectual de 165, cinco puntos por encima al de Einstein, pero nadie a priori podría suponerlo. ¿Por qué? Por un simple motivo: los estereotipos. Einstein era un genio en física, en algo que a la mayor parte de los mortales se nos hace muy complicado de entender. Marilyn, sin embargo, era actriz, rubia, con unas curvas que la hicieron famosa en el mundo entero y con un trabajo, el cual no parece que fuera tan complicado como el del físico. Creemos que en determinadas profesiones la inteligencia no resulta tan necesaria para triunfar y nos fijamos en otras cosas. Y todo ello sucede porque contemplamos la realidad bajo ciertos estereotipos, aunque no seamos conscientes de ellos.
Los estereotipos son creencias colectivas que etiquetan la realidad y las discriminaciones nacen de estereotipos injustos. Etiquetamos a las personas de un determinado país o pensamos que lo más importante que han de hacer las actrices está en su físico, que no en su inteligencia o en su trabajo. Por ello, no es de extrañar que décadas después de la anécdota de Marilyn y Einstein las actrices se hayan puesto en pie de guerra ante estos atentados y se rebelen contra los estereotipos que siguen acosándoles.
En algunos casos, porque se es mujer y no se piensa que sea inteligente; o porque se es hombre y se tiene que actuar de una determinada manera… Etiquetas y etiquetas que a quien lo sufre, no le hace la menor gracia. Pues bien, si quieres salir, hacer el despojo de un estereotipo, cuestiónalo, cuando se cuestiona se avanza.
A propósito y rindiéndole tributo, Marilyn Monroe nace en 1926 en Los Ángeles, California y 36 años después, muer ahí mismo, el 5 de agosto de 1962.